Abuso de locura o imaginación, como quieran llamarlo.

A los genios no nos entienden, nos tachan de locos cuando el problema no es nuestra inestabilidad, si no, su poca creatividad.

domingo, 9 de septiembre de 2012

todos, TODOS lloramos.

Se paró el tiempo como dándole un golpe en el pecho. Es ese momento en el que te paras a pensar en el pasado y en el presente y no puedes evitar compararlos. Ese momento en que se da cuenta como han cambiado las cosas, en que ya no va a venir mamá a contarle un cuento y va a dormir tranquilo, en que sus miedos son más que un monstruo bajo la cama. Ya no es el mismo niño que saltaba para verse en el espejo del ascensor. Toda la inocencia de un niño había desaparecido y todas las preocupaciones de un adulto le empezaban a abrumar de golpe. ¿Que pasa? Ni el lo sabía, solo que ella ya no estaba.
Se paró el tiempo como dándole un golpe en el pecho. ¿Que era? Hambre, tal vez. Tristeza de no tener los privilegios que tu si tienes, esa carga de tener que madurar antes de los previsto, que los niños no pueden ser niños a su aire.
Se paró el tiempo, tirándola al suelo, en ese instante comprendió porque tendría que crecer de golpe, porque nadie más iba a estar a su lado nunca, ni su propia sombra.
Tal vez no sea el motivo lo realmente importante, tal vez sea verdad que no importe la razón, el sexo o el color. Tal vez sea verdad aquello que dicen de que todos lloramos.

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